Educación Estética. 27-11-2020.
¡Muy buenos días! Hoy realizaras una tarjeta de navidad con el dibujo que se te entrego en clases. Y realizaras una tarjeta de navidad para tu maestra y algunos compañeros de clase.
Comprensión lectora: “El hombre de jengibre”
Érase
una vez, una mujer viejecita que vivía en una casita vieja en la cima de una
colina, rodeada de huertas doradas, bosques y arroyos. A la vieja le encantaba
hornear, y un día de Navidad decidió hacer un hombre de jengibre. Formó la
cabeza y el cuerpo, los brazos y las piernas. Agregó pasas jugosas para los
ojos y la boca, y una fila en frente para los botones en su chaqueta. Luego
puso un caramelo para la nariz. Al fin, lo puso en el horno.
La
cocina se llenó del olor dulce de especias, y cuando el hombre de jengibre
estaba crujiente, la vieja abrió la puerta del horno. El hombre de jengibre
saltó del horno, y salió corriendo, cantando:
-
¡Corre, corre, tan pronto como puedas! No puedes alcanzarme. ¡Soy el hombre de
jengibre!
La
vieja corrió, pero el hombre de jengibre corrió más rápido. El hombre de
jengibre se encontró con un pato que dijo:
-
¡Cua, cua! ¡Hueles delicioso! ¡Quiero comerte!
Pero
el hombre de jengibre siguió corriendo. El pato lo persiguió balanceándose,
pero el hombre de jengibre corrió más rápido. Cuando el hombre de jengibre
corrió por las huertas doradas, se encontró con un cerdo que cortaba paja. El
cerdo dijo:
-
¡Para, hombre de jengibre! ¡Quiero comerte!
Pero
el hombre de jengibre siguió corriendo. El cerdo lo persiguió brincando, pero
el hombre de jengibre corrió más rápido. En la sombra fresca del bosque, un
cordero estaba picando hojas. Cuando vio al hombre de jengibre, dijo:
-
¡Bee, bee! ¡Para, hombre de jengibre! ¡Quiero comerte!
Pero el hombre de jengibre siguió corriendo.
El cordero lo persiguió saltando, pero el hombre de jengibre corrió más rápido.
Más allá, el hombre de jengibre podía ver un río ondulante. Miró hacia atrás
sobre el hombro y vio a todos los que estaban persiguiéndole:
-
¡Paa! ¡Paa! exclamó la vieja
- ¡Cua, cua! graznó el pato
- ¡Oink! ¡Oink! gruñó el cerdo
- ¡Bee! ¡bee! - baló el cordero
Pero el hombre de jengibre se rio y continuó
hacia el río. Al lado del rio, vio a un zorro. Le dijo al zorro:
- He
huido de la vieja y el pato y el cerdo y el cordero. ¡Puedo huir de ti también!
¡Corre, corre, tan pronto como puedas! No puedes alcanzarme. ¡Soy el hombre de
jengibre!
Pero
el zorro astuto sonrió y dijo:
-
Espera, hombre de jengibre. ¡Soy tu amigo! Te ayudaré a cruzar el río. ¡Échate
encima de la cola!
El
hombre de jengibre echó un vistazo hacia atrás y vio a la vieja, al pato, al
cerdo y al cordero acercándose. Se echó encima de la cola sedosa del zorro, y
el zorro salió nadando en el río. A mitad de camino, el zorro le pidió que se
echara sobre su espalda para que no se mojara. Y así lo hizo. Después de unas
brazadas más, el zorro dijo:
-
Hombre de jengibre, el agua es aún más profunda. ¡Échate encima de la cabeza!
-
¡Ja, Ja! Nunca me alcanzará ahora rió el hombre de jengibre.
-
¡Tienes la razón! chilló el zorro.
El
zorro echó atrás la cabeza, tiró al hombre de jengibre en el aire, y lo dejó
caer en la boca. Con un crujido fuerte, el zorro comió al hombre de jengibre.
La
vieja regresó a casa y decidió hornear un pastel de jengibre en su lugar.
Contesta las preguntas
a) ¿Cuándo
la galleta de jengibre cobra vida?
b) ¿Quiénes querían comer al hombre de jengibre?
c) ¿Qué hizo el hombre de jengibre para huir de
los que querían comerle?
d) ¿Cuál
es el final del cuento?
e) ¿Cambiarías el final del cuento?
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