Área: Matemática. Tema: Resolución De Problemas. Lunes, 28-06-2021.
UNIDAD EDUCATIVA “NUESTRA SEÑORA DEL VALLE”
EL JUNQUITO – CARACAS
Inscrita en el M.E.D. bajo el número
PD01360105
Teléfono: 0212-4220938
Ministerio del Poder Popular
para la Educación
Profesora: Levis Rincón.
Lunes, 28-06-2021.
Área: Matemática.
Tema: Resolución De Problemas.
Iniciemos con un vídeo de como resolver problemas de ecuación.
Resuelve los siguientes ejercicios de ecuaciones. Que se
te presentan a continuación
a) El doble de un número es igual a un número aumentado en 15. Hallar el número.
b) Cuatro veces un
número es igual al número aumentado en 30 hallar el número.
c) Hallar dos números que
sumados dan 131 y restados 63.
d) La adición de dos números
es 120 y su diferencia es 40.hallar los números.
e) Jesús y Cesar tienen conjuntamente Bs. 10 Cesar tiene Bs. 8 más que José. ¿Cuánto tiene cada uno?
f) El doble de un número
más el triple del mismo número es igual a 20. Hallar el número.
g) La suma de dos números es 27 y su diferencia
es 7. Hallar el número.
Realiza el siguiente ejercicio de atención
Comprensión Lectora: El Hilo Rojo del Destino
En Japón existe una leyenda que cuenta que dos
personas destinadas a quererse, están unidas por un hilo rojo atado a sus dedos
meñiques. Este hilo es invisible, pero llegará un día en que todos conoceremos a esa persona que está al
otro lado del hilo y la amaremos profundamente.
Dice una hermosa historia que hace muchos
siglos, un poderoso emperador se enteró de que en sus dominios vivía una bruja
que tenía poderes y era capaz de ver el hilo rojo del destino.
El emperador, que estaba deseando casarse,
ordenó que buscaran a la bruja y la llevaran ante su presencia. Quería saber a
toda costa quién estaba al otro extremo de su hilo, quién sería su futura
mujer. La bruja acudió al palacio y gracias a uno de sus extraños brebajes, el
emperador pudo ver el hilo rojo atado a su dedo.
Comenzó a seguir el hilo y llegó hasta un
pueblo rural donde vivía gente muy
humilde. Atravesando callejuelas, el hilo le condujo hasta el mercado,
donde las mujeres vendían fruta y verdura mientras sus chiquillos correteaban
formando un gran alboroto. En uno de los puestos vio a una pobre campesina que
amamantaba a un bebé, al tiempo que
ofrecía en cestas la cosecha del día anterior. Asombrado, comprobó que su hilo
terminaba en el dedo de esa sencilla mujer.
– Señor – le dijo la bruja mirándole a los ojos
– como puede ver, hasta aquí llega el hilo rojo. Eso significa que su destino
está en la mujer que tiene frente a usted.
El emperador se enfadó muchísimo pensando que
la bruja estaba burlándose de él.
– ¿Estás insinuando que yo tengo o tendré algo
que ver con esta harapienta campesina? – le preguntó enfadado, fulminándola con
la mirada.
– Así es, majestad. Usted mismo puede ver que
el hijo le ha traído hasta ella.
Ante la insistencia de la bruja, el emperador
se sintió tan ofendido y lleno de rabia, que la pagó con la chica. Se acercó a
ella y le dio tal empujón que el bebé se le cayó de los brazos, se dio de
bruces contra el suelo y se hizo una herida con forma de luna en la frente.
Después, mandó que sus soldados apresaran a la bruja y la expulsaran de su
reino.
– ¡Maldita bruja embustera! ¡Espero que no
vuelvas por aquí!
El emperador se fue furioso. Ni siquiera tuvo
compasión por el pequeño que lloraba sin consuelo en el regazo de su afligida
mamá.
Pasaron veinte años y el emperador fue
haciéndose viejo. Sabía que su obligación era casarse y fundar una familia, pues el reino necesitaba un
heredero al trono. A pesar de sus esfuerzos, todavía no había encontrado a
ninguna mujer apropiada con la que tener hijos.
Un día, los consejeros reales le dijeron que
muy cerca vivía una muchacha bellísima y culta que reunía todas las cualidades
de una futura reina. Al emperador, que estaba harto de buscar esposa, le pareció bien y aceptó convertirla en su
mujer.
– ¡No la conozco pero estoy aburrido de
esperar! ¡Me casaré con ella!
Llegó el día de la boda. Todavía no conocía a
la joven con la que iba a casarse y estaba nervioso y muy impaciente. Como mandaba la tradición, espero
a la novia dentro del templo donde iba a celebrarse la pomposa ceremonia real.
Había tanta expectación que no cabía un alfiler. La futura emperatriz entró
despacio, luciendo un precioso vestido bordado en oro y con la cara cubierta
con un velo de seda natural. Al llegar
junto al emperador, éste levantó el velo y descubrió una joven de rostro
hermoso y dulce, con una pequeña cicatriz con forma de luna cerca de la sien.
El emperador se emocionó. Esa mujer era aquel
bebé al que años atrás había agredido por culpa de su orgullo. Con lágrimas en
los ojos, tocó la vieja cicatriz de la muchacha y la besó. Entre la multitud
que abarrotaba el templo, distinguió a su madre, la campesina que vendía fruta
en el mercado. Se acercó a ella y tomando sus manos, le pidió perdón por su
vergonzoso comportamiento en el pasado.
Se casaron y fueron muy felices, pues el hilo
del destino jamás se rompió entre ellos.
Responde en tu cuaderno:
·
Escribe con tus propia palabras lo que entendiste del texto e ilustra y colorea.
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